Le solicitaron al intendente que vete la ordenanza que asigna zonificación extraurbana al sector utilizado para construir un barrio privado.
Vecinos autoconvocados de Mar Chiquita le pidieron al intendente Carlos Ronda que vete la ordenanza que asigna zonificación extraurbana, al sector de la Reserva utilizado para construir un barrio privado. Se trata de un viejo reclamo de vecinos del lugar que recrudeció luego de que el pasado martes el Concejo Deliberante marchiquitense aprobara la Ordenanza.
“Lo consideramos improcedente sin el informe y la declaración de impacto ambiental que el juez exige”, destacaron.
Los vecinos buscan defender la Reserva de Biosfera del programa MaB de la Unesco y todas las diversas capas de Reserva que protegen este espacio.
En el ámbito de la Reserva MaB que contiene la única albufera del país, comenzaron en 2011 las obras para construir lo que comenzó a venderse como “Barrio Náutico”, efectuando movimientos de suelo que “afectaron tanto al espejo lagunar como al humedal donde pretende construirse”, contaron.
Una medida cautelar en el año 2015 paralizó el emprendimiento, dado que el mismo no contaba con la Declaración de Impacto Ambiental que debe emitirse previo al inicio de cualquier obra.
En marzo de 2018, el juez actuante en la cautelar dispuso entre otras cuestiones que el Municipio efectúe el monitoreo de toda el área de Reserva en cuanto al impacto ambiental que sufre, cosa que a diez meses no se ha producido.
“Públicamente pedimos al intendente Ronda que recapacite y vete la ordenanza, y a la gobernadora de que analice los informes de la Universidad Nacional de Mar del Plata y el Conicet sobre el predio, y sobre la base de ello no la convalide”, remarcaron. Y agregaron: “Además pedimos que se deniegue la declaración de impacto ambiental que extemporáneamente exigen tras haber causado graves modificaciones al medio ambiente, y expropie el predio para ampliar el área de Reserva Natural Provincial de uso múltiple preexistente, con el fin salvaguardar el medio ambiente de un área natural protegida y a la población del Balneario Parque Mar Chiquita, dado que las modificaciones en el humedal impactan directamente sobre la capacidad de absorber el excedente hídrico, aumentando el riesgo de inundaciones”.
En la misma dirección, los vecinos consideraron que “la política debe considerar que -más allá de los derechos propietarios- el uso del suelo debe respetar no sólo la superficie, densidad poblacional permitida, factores de construcción sobre el mismo, sino las capas subyacentes, napas y acuíferos, el espacio aéreo por sobre ellos y el efecto que tal uso tiene sobre los espacios y los seres próximos a ellos”. “No hay tragedia ambiental que no haya sido anunciada”, afirmaron.